lunes, 20 de junio de 2011

La música se hizo abrazo

Los alumnos del Conservatorio de nuestro pueblo, nos regalaron una experiencia preciosa.

El pasado jueves celebramos un Concierto en nuestra iglesia conventual, del Coro y la Banda, alentados por sus respectivos directores, nos deleitaron con un variado repertorio de canto polifónico y música.

La convocatoria estaba abierta a todos los que desearan asistir y lo cierto es que no quedó un hueco por ocupar.

Las hermanas participamos desde  nuestro coro, unificadas al resto de la asamblea. Creo que todos gozamos, desde el más pequeño al  más grande, creo que hubo momentos en los que  nos sentimos uno.

Momentos mágicos que sólo la música compartida puede gestar, momentos en los cuales, los acordes se hacen abrazo, sentimiento compartido, sintonía intuida, corazón poroso.
La satisfacción resplandecía uniformemente en los rostros, esa complacencia pacífica y gozosa que llena el alma.  La música hizo confluir personas de todo tipo, la música nos aunó por ese espacio de tiempo y nos hizo percibir como pueblo, como asamblea vibrando al unísono. 

No sólo escuchamos la música, el canto, no sólo interpretaron las piezas y tocaron. Se estableció ese lenguaje profundo que conjuga a las personas más allá de los acordes y las congrega en la danza de la Belleza que bulle por doquier.

 ¿Dónde estaba la diferencia generacional?.
 ¿Dónde estaba el ser creyente o no creyente?
 ¿Dónde estaba el dentro o fuera de la verja?

Todos nos encontramos en la dicha de ver vibrar nuestra entraña humana, en la plenitud de dejarnos alcanzar por el halo de la armonía. En nuestras manos está no dejar escapar su eco.

1 comentario:

  1. Que bien Miria. ¿cuantas cosas habrá en la vida que nos unifiquen, que nos unan, que hagan de todos los hormbres una fraternidad igual que lo hizo el concierto de esa tarde? Seguro que las hay, se nos presentan de distintas fromas y no simpre lo vemos

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